¿Qué es el cáncer?
¿Por qué te cuento de todo esto?
¿Cómo el Ganoderma lucidum ayuda a fortalecer tu cuerpo?
Hablemos de los nutrientes
Antioxidantes naturales
Incremento de las defensas
Desintoxicación
Radioterapia
Quimioterapia
Ganoderma como coadyuvante a estos tratamientos
¿Cuales son los síntomas comunes del cáncer?
Disminución del apetito:
Perdida marcada de peso:
Sangrado:
Masas:
Causas comunes de cáncer
Funcionamiento Normal
Irradiación
División Celular Fallida
El cáncer y el hongo del Ganoderma Lucidum han sido estudiados científicamente ya por varias décadas. Y el Reishi o Ganoderma, emerge como una de las fuentes alternativas más prometedoras para encontrar moléculas anti-cancerígenas, desconocidas aún hoy por la ciencia.
Tanto en su forma entera, como sus componentes individuales han sido probados, y se han encontrado:
Lo que es mejor aún, para pacientes quienes ya tienen algún tipo de cáncer y se encuentran actualmente en tratamiento con radioterapia (terapia con radiación) o quimioterapia (con medicamentos), el Ganoderma ha demostrado que disminuye los efectos adversos (no deseados) y mejora la probabilidad de resultados favorables de dichos tratamientos.
Pero antes de que puedas entender todo lo que dije, es importante que conozcas más del cáncer, y de las defensas, lo cual te explicaré en este artículo. Luego de esto, podremos ahondar más en las funciones del Ganoderma lucidum.
Cuando de cáncer se trata, muchos de nosotros hemos tenido nuestro primer contacto por que un familiar cercano nuestro o algún conocido, se le ha hecho un diagnostico de uno de los tantos tipos de cáncer que pueden surgir en el cuerpo humano. La mayoría de las veces este tema se toca con misterio o reserva, y creo que es por esta razón que sabemos tan poco de esta enfermedad tan común.
Sin entrar demasiado en términos médicos, te voy a explicar qué es el cáncer, cuales son sus causas más comunes y como este hongo milenario asiático conocido científicamente como Ganoderma lucidum (popularmente como Reishi), ayuda enormemente a las personas que padecen de esta enfermedad.
En el cuerpo humano existen muchos tipos de células, todas ellas con funciones muy diferentes, o como decimos los médicos: “funciones especializadas”.
Habrás oído de algunos tipos de ellas como: los melanocitos (las células del pigmento de la piel), las neuronas (las del cerebro), miocitos (las de los músculos), linfocitos (del sistema inmune o de las defensas), y podría continuar por muchos más renglones, pero creo que con estos basta para que me entiendas.
Todas estas células tienen dentro de sus “Planos de Construcción” o ADN, ciertas instrucciones que también les indican como deben “morir”, cuando acaba su ciclo o cuando hay daños demasiado extensos como para ser reparados.
Las 2 formas mejor conocidas por la medicina son: la apoptosis (muerte celular programada) para cuando algo no está funcionando bien, puedan morir de una forma “organizada”; y esta también la necrosis, cuando la célula muere por que ya no es capaz de funcionar en su totalidad. Esta forma es más desordenada y deja muchos compuestos “regados” por todos lados.
Pues por que son estos mecanismos los que generalmente dejan de funcionar, causan el cáncer y son estos mecanismos los que se pueden impactar a través del consumo del Ganoderma lucidum.
Ahora si te puedo contar de que se trata.
El cáncer es básicamente un crecimiento descontrolado de cualquiera de estas células, a causa de un factor externo que es dañino para la célula —mas tarde te contaré de algunos de los más comunes— y que por alguna razón evita que cualquiera de estos 2 mecanismos, de muerte celular, funcionen correctamente resultando en una “masa” o “tumor”.
Esto le puede suceder a cualquiera de las células que te conté anteriormente. Melanoma es un cáncer de la piel, neurocitoma es uno de los cánceres de las neuronas, miosarcoma de las células musculares y linfoma es un tipo de cáncer de la sangre.
Y así para cada tipo de célula, existe un equivalente cancerígeno.
Al igual que estas células tienen funciones normales muy diferentes entre ellas, las versiones cancerígenas/tumorales/malignas de estas células, también tienen funciones anormales muy diferentes. Es por esto que sus presentaciones, síntomas, tratamientos y otros aspectos clínicos pueden variar enormemente.
Aun si estos mecanismos de muerte celular fallan —por la razón que sea— el cuerpo tiene defensas, que también permiten la destrucción de estas células “descarriadas”.
Todos conocemos este sistema como el sistema inmune o el sistema de las defensas del cuerpo. Este grupo de células es la directamente encargada de la “limpieza preventiva” de todas estas células malfuncionantes antes de que su crecimiento se salga de control.
Como es probable que ya sepas si has hecho algo de investigación antes de llegar a este blog:
El Ganoderma contiene alrededor de 200 nutrientes identificados y 150 de ellos tienen propiedad antioxidantes.
Se que esto no será noticia para ti de ninguna manera, pero aunque las personas ahora comen más y el promedio del peso en general de la sociedad ha aumento con respecto a épocas pasadas… la comida que ingerimos en la época actual, no solo es vacía de nutrientes, sino que en algunos casos hasta es dañina para quienes la comen.
Esto ha llevado a un término en la nutrición médica que es: “con sobrepeso y desnutrido”.
Esto quiere decir que hay personas que están muy por encima de los niveles aceptables de peso corporal en relación a su estatura, pero que aun así, su cuerpo no cuenta con todos los nutrientes necesarios, para un funcionamiento adecuado de todas las funciones básicas.
Es increíble, pero cierto.
Así que poder tener acceso a un nutrimento (alimento nutritivo) como lo es el Ganoderma, con este número tan importante de nutrientes, puede ser fundamental para las personas en nuestra época y consumirlo en el día a día puede generar un importante beneficio a largo plazo.
Simplemente introduciendo el Ganoderma como un “suplemento nutricional orgánico” en la rutina diaria, puede incrementar radicalmente las reservas de ciertos compuestos con las vitaminas, el hierro, calcio, entre muchos otros.
Como ya leíste mas arriba existen varios mecanismos por los cuales se pueden generar un conjunto de sustancias dañinas que en general se conocen en medicina como Radicales Libres.
Estas sustancias son extremadamente perjudiciales, por que reaccionan de manera descontrolada dentro del cuerpo, dañando estructuras normales del mismo.
Para evitar que hagan daño al merodear de manera descontrolada, el cuerpo tiene antioxidantes que las neutralizan antes de que puedan generar daño.
Aunque estos antioxidantes se encuentran de manera natural dentro del cuerpo, con el incremento de los factores dañinos ambientales como:
La radiación solar aumentada, contaminación ambientan en constante crecimiento, comidas altamente procesadas llenas de químicos, etc… Tener fuentes externas como el Ganoderma que son ricas en antioxidantes, permite mitigar este creciente número de Radicales Libres.
El Ganoderma no solo es una fuente natural, libre de químicos, sino que también es rica en múltiples tipos de antioxidantes que son de alto valor para el cuerpo.
Dentro de los descubiertos hasta la fecha por la ciencia se cuentan con mas de 154 tipos diferentes, que por ser hidrosolubles, se absorben sin requerir de tanta inversión de energía por parte del cuerpo, para poder llevarlos al torrente sanguíneo.
Dentro de los cientos de estudios indexados en www.pubmed.com que se pueden encontrar de manera abierta por todos, uno de las funciones más descritas del Ganoderma lucidum, es el hecho de que no solo aumenta la función sino también el número las células de las defensas.
Esto es importante porque sin las defensas no tendríamos ningún mecanismo para combatir los virus, las bacterias, los parásitos, los cuerpo extraños, las células cancerígenas…
En fin… con eso me entiendes que estaríamos bastante desprotegidos.
Tener un más alto número de celular “patrullando” y que son más activas, permite mantener “más seguros” los órganos y tejidos del cuerpo.
El Ganoderma tiene esta función, pues aumenta el numero y el estado de alerta del ejercito de las defensas que nos protegen en todo momento.
Los tumores malignos son tratados actualmente por la ciencia de 2 maneras principales: Radioterapia y Quimioterapia.
Como su nombre da a entender es una terapia con radiación. Ya te conté más arriba como es que la radiación genera gran cantidad de radicales libres que finalmente destruyen las células cancerígenas, con el gravísimo problema que también destruyen todas las otras cosas a su paso, incluido el tejido sano.
Es paradójico, pero el mismo tratamiento del cáncer puede transformar tejido sano en tejido tan dañado que genere otro tipo de tumor diferente. Todo este proceso a través de la generación de radicales libres, que pueden viajar a través del torrente sanguíneo y expandir el daño a zonas lejanas del cuerpo.
Estas sustancias tóxicas pueden ser neutralizadas naturalmente por el cuerpo, pero al ingerir muchos más antioxidantes en la dieta —los cuales son abundantes en el Ganoderma lucidum— permiten al cuerpo evitar el daño por estas sustancias y facilitan la regeneración celular.
Después de entender la radioterapia y sus repercusiones negativas sobre el cuerpo, sería común pensar: “La quimioterapia debe ser mejor”, pero lo cierto es que a su propia manera, este tratamiento es bastante radical y puede generar efectos secundarios graves.
Básicamente los medicamentos usados en la quimioterapia, son sustancias que suspenden la replicaron celular de las células tumores.
Pero el grave problema con la quimioterapia es que no afecta únicamente estas células, sino TODAS las células del cuerpo, evitando esta vital función.
Es por esta razón que los pacientes en este tratamiento pierden el pelo, tienden a presentar llagas en la boca y la piel se les ve seca y delgada.
El encargado de neutralizar estos medicamentos tan tóxicos para el cuerpo, es el hígado. Este transforma estas sustancias activas, en compuestos inertes que pueden ser eliminados.
El ganoderma ha demostrado propiedades protectoras del hígado, no solo mejorando su función sino también evitando el daño colateral que le causaría la quimioterapia, favoreciendo mejor respuesta y mejor tolerancia al tratamiento, aumentando las probabilidades de resultados favorables.
El Ganoderma no reemplaza ninguno de estos tratamientos mencionados en la parte superior, pero usarlos como coadyuvantes —facilitadores del tratamiento—, no solo facilita la función de dichos medicamentos:
Aumenta las defensas naturales del cuerpo, desintoxican las sustancias dañinas, sino que también mejora la tolerancia.
Todos estos factores mejoran la probabilidad de resultado exitoso del tratamiento anti-cancerígeno y lo hacen mucho mas llevadero para los pacientes que tienen que pasar por esta difícil prueba.
Reforzar las defensas, disminuir el daño colateral, neutralizar las sustancias tóxicas —como los radicales libres— derivadas del tratamiento, evitar que se disemine el cáncer a otras zonas del cuerpo…
Facilitar el reconocimiento y destrucción de celular cancerígenas o potencialmente cancerígenas, entre muchas otras funciones del Ganoderma, hacen que este siendo estudiado a pasos agigantados por toda la comunidad médica.
Si tú o alguien que conoces, está actualmente sufriendo de cáncer, consumir este poderoso hongo en conjunto con el tratamiento médico convencional ordenado por el médico, será de gran ayuda para mejorar no solo los molestos síntomas del tratamiento, sino también el de mejorar las posibilidades del tratamiento anti-cáncer.
Como ya te conté mas arriba, todos los cánceres tienen orígenes diferentes, por lo tanto su forma de presentación inicial depende en gran medida del tipo de célula de la que se origine inicialmente.
Sin embargo hay ciertos síntomas comunes que los médicos buscamos en todos los casos, y aunque en algunos casos están ausentes, son aceptados ampliamente por la comunidad científica como síntomas generales de cáncer:
Este síntoma es bastante general y puede ser originado en infinidad de enfermedades, que van desde lo infeccioso hasta lo traumático, pero es uno de los síntomas que primero se presentan en pacientes con procesos neo-plásicos (cancerígenos).
Este síntoma se da por que una vez el sistema inmune identifica un tumor, empieza a atacarlo con todos los medios a su disposición, entre los cuales se encuentra la inflamación (Tema que discutiremos mas adelante en otro artículo) y la liberación de un molecular llamada Factor de Necrosis Tumoral (FNT) que entre muchas de sus funciones tiene, la disminución del apetito.
Durante el proceso de inflamación, altos niveles de esta molécula se diseminan todo el cuerpo a través del sistema circulatorio, lo cual lleva a disminución importante del apetito.
Este síntoma es cardinal en la sospecha de un proceso cancerígeno de cualquier tipo. Esto se da por las razones que te conté en la parte de arriba.
Al darse un incremento marcado en el FNT, los pacientes —que en la mayoría de los casos aun no saben de su diagnostico— disminuyen la cantidad de alimentos que ingieren (además de que atacar el cáncer consume una importante cantidad de recursos) y por esta razón se da una disminución marcada del tejido magro, lo cual finalmente desemboca en una perdida marcada de peso.
Este síntoma es totalmente dependiente de el tipo de cáncer y de su localización.
Un gran porcentaje de cánceres de todo tipo, se descubren por primera vez, secundario a un episodio de sangrado sin causa aparente, que lleva a las personas a consultar y con los estudios realizados, se encuentran masas anormales, las cuales después de ser estudiadas generan el diagnóstico final.
Es probable que esta sea una de las formas mas comunes de hallazgos inadvertidos de cáncer en pacientes, quienes encuentran masas sólidas de manera aleatoria — sean ellos mismos, personas a su alrededor o en examen físicos médicos rutinarios—.
Las características médicas más comunes de dichas masas son: masas duras, no dolorosas, unidas (o adheridas) a otros tejidos profundos.
Dentro de nuestro cuerpo suceden millones de reacciones químicas a cada momento. Sea para convertir el azúcar en energía para el cuerpo, usar esta energía para generar movimiento muscular, enviar un impulso eléctrico de tu cerebro a tu dedo o coger toda esa energía extra de lo que comes y volverla grasa.
Estos son solo unos ejemplos puntuales de todo lo que esta sucediendo cada segundo, en cada célula de tu cuerpo.
En fin, todo tu cuerpo es una gran fábrica de reacciones químicas, las cuales tienen un propósito bastante definido. Y tal cual lo haría una fábrica, tu cuerpo también tiene una gran cantidad de desechos como resultado.
Algunos de ellos no son muy dañinos —los que se conocen como inertes—, pero otros por el contrario pueden ser muy tóxicos o dañinos.
En estos últimos hay una categoría particularmente mala, llamada los radicales libres, que son sustancias que reaccionan fácilmente con otros compuestos naturales de las células.
Si los dejas por ahí sueltos, pueden generar mucho daño, como te explicaré a continuación.
La irradiación viene en un sinnúmero de formas. La que nos interesa particularmente se llama la radiación ionizante, que puede venir de muchas fuentes diferentes, como puede ser las simple exposición solar, exposición a sustancias radioactivas o unos rayos x practicados por tu médico.
Si alguna vez has descaspado, descascarado, mudado de piel, o de la forma que tu lo conozcas, después de exponerte por largos periodos de tiempo al sol, esto se dio por una quemadura solar.
Esta quemadura solar por lo general es de grado I, o en casos más graves y muy dolorosos puede ser grado II (cuando salen ampollas o vesículas).
La piel que estabas perdiendo en ese momento, eran todas células con potencial cancerígeno generadas por la irradiación solar.
Estas células cancerígenas fueron identificadas eficazmente por tu cuerpo, que te protegió para evitar el cáncer de piel (ahora ya sabes por que los médicos recomendamos el protector solar con tanta insistencia).
Lo que sucedió básicamente con esta quemadura solar, con la irradiación de rayos X o con la exposición a sustancia radio activas, es que todas las anteriores, producen “radiación que ioniza” otras moléculas. En otras palabras, las daño.
Si lo que se ataca son las membranas celulares —dañándolas total o parcialmente— se genera inflamación (de ahí el enrojecimiento de la piel con las quemaduras solares).
Pero si por el contrario estas radiaciones reaccionan con el DNA dañándolo y tienes la mala suerte de que sea en uno de los genes que le indica a la célula cuando morir (¿recuerdas la palabra apoptosis mencionada mas arriba?), esta empieza a crecer demasiado generando cáncer.
A todo el conjunto de sustancias ionizantes, se les llama radicales libres y como te puedes dar cuenta, son muy dañinas y peligrosas para el cuerpo.
Es increíble, pero cierto… que con el funcionamiento normal de nuestro cuerpo se presenten células cancerígenas casi en todo momento.
Estas se dan por que los sistemas de replicación celular y del DNA no son perfectos y con los miles de divisiones celulares que se dan en un día común, es solo lógico que algunas de ellas salgan mal.
Para nuestra fortuna nuestras células del sistema inmune se encargan de detectar pequeños cambios en estas células y son destruidas inmediatamente, antes de que puedan replicarse con tanta rapidez que se vuelva imposible, para nuestras células de las defensas el poder destruirlas todas.
Cuando solo UNA de estas pequeñas células evade los sistemas de detección naturales del cuerpo, es ahí donde se da el tumor.
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